blog de jesús pablo

divulgación y cultura

Mes: enero 2016

Bruma Futura

Esta mañana amaneció despacio, con poca luz y todo empapado.

Era por la niebla densa que todo lo ocupaba.

La luz fue llenándolo todo poquito a poco, de modo sereno, gradual, igual que casi todo lo que comienza.

Y en la primera hora de esa penumbra había sin embargo un curioso color rosado.

Se podría pensar tal vez en el color de la mañana como parte del futuro.

La bruma aún pegada a los tejados y árboles cercanos, apenas dejaba ver unas decenas de metros, aunque se fue despejando. Su color blanco y plomizo, gris, de un invierno casi otoñal, contrastaba con el color salmón apagado del suelo y de los tejados.

Todo estaba rodeado por una atmósfera a la vez que cálida, fresca, húmeda y lluviosa, en uno de esos días de invierno en los que todo parece quieto y reposado en unos escasos momentos que son anteriores a que todo el mundo despierte, en un descanso estacional donde la vida se ralentiza y reune fuerzas para la próxima llegada, aún lejana, de la primavera.

Igual que en la rutina diaria, el descanso y sosiego son necesarios para poder construir con buen criterio los proyectos a los que estamos abocados y sobre todo es necesario para su diseño.

Un tiempo de calma es tanto necesario a diario, aunque sea breve, y también muy útil en períodos de vacaciones. Son estas vacaciones un momento que bien se puede emplear para repasar y analizar el surco dejado atrás, y definir cuál será el rumbo a seguir después.

Es un momento tranquilo de cambio de actividad. No es una huida hacia aquello que nos gustaría hacer lo cuál lo atrapamos durante ese breve tiempo. Lo correcto debe ser abrazar eso que nos gusta hacer a diario, y ese período de descanso ser una manera de validarlo si es eso realmente lo que queremos.

Se está muchas veces más pendiente de lo que no queremos que de aquello que querríamos.

Se evita tanto el dolor de lo que no nos gusta como el dolor que produciría la frustración de no conseguir lo que querríamos. En cualquier caso es una huida de ese dolor y sin embargo, en cualquier caso lo sufrimos a diario. Pero aún peor es cuando sufrimos el dolor imaginario de algo que podría ocurrirnos y el dolor de aquello que no logramos sin siquiera haberlo intentado.

Si nos parásemos a pensar todo esto, nos percataríamos de que sufrimos a diario tres veces más de lo normal. Una vez, por lo que podría ocurrir, otra por lo que no conseguimos que ocurra y por último, por aquello que realmente nos ocurre.

¿Sirve de algo?. ¿Es necesario?

Y ese color rosado, ¿de dónde provenía?, ¿cuál podía ser su razón?. En un día así de mortecino, ¿cómo podía hacerse ver, con timidez, ese color cálido?.

La explicación estaba en las nubes altas, esas nubes que estaban a varios kilómetros del suelo, muy por encima de esas nieblas bajas, provisionales y pasajeras. Y resulta que justo al amanecer, durante unos pocos minutos, esas nubes reflejaban el sol, pasando del color rojizo al rosado y después a otros más cálidos, debido a la vez, a la atmósfera fría y nítida que hay en estos días. Y toda esa luz era reflejada al suelo desde aquella gran pantalla en las alturas.

Tomando este mismo ejemplo, la misma explicación tiene nuestra motivación y ánimo diarios.

Al margen de si la situación es un tanto lúgubre, oscura y mortecina, si nuestra visión y motivación para hacer las cosas está muy por encima de todo eso, igual que esas nubes altas, siempre podremos obrar con éxito cualquier situación que se nos presente, aceptando a la vez el medio que nos rodea.

Unas veces, será un entorno nublado y con niebla, pero en otros casos, sin embargo, será más amable, con un tiempo mejor y más agradable.

autor del artículo:

Jesús Pablo Alonso García

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Las Estaciones que Vienen

Este otoño pasado del año 2015 casi no se ha producido. En su lugar hubo un verano más largo y después un verano más fresquito, sin lluvia, sin viento, sin frío, sin nieve, y sin heladas.

Después, el invierno tampoco llegó. En su lugar hubo un otoño cálido con mañanas en las que hacía algo de fresco pero que en realidad, cuando salía el sol, al sol, hacía calor.

Finalmente, ya en el invierno recién estrenado de 2016 comenzó lloviendo algo, haciendo un frío propio del otoño y las primeras nieves al fin cubriendo las cumbres altas de la Sierra de Guadarrama.

Hoy hace mucho viento, igual que los dos días anteriores, con nubes que pasan a toda prisa.

Primero este viento fue algo helado por las primeras nieves caídas en la montaña cercana a Madrid, y ya hoy templado, primaveral, con alguna granizada puntual y chubascos caprichosos, reafirmó un invierno por el momento muy cálido.

No sé en qué estación estamos ya en realidad. Parece que vamos camino a una primavera con un invierno que no se ha producido, desde un otoño que se instala aquí en medio de este invierno veraniego, que debió ser en octubre.

Puede que cuando llegue el tiempo de primavera se produzca como ya ocurrió otras veces, un invierno prolongado hasta el mes de Mayo o incluso Junio, todo lo contrario del pasado año en donde la primavera veraniega comenzó en el mes de Febrero y casi aún no ha terminado.

Hace dos años en medio de Agosto había que ponerse una rebeca hasta bien pasado el medio día todo lo contrario que las calorinas de hace tres años y sobre todo los excesivos calores de este año pasado con un verano que ha parecido eterno.

Sigo sin saber qué nos espera después, pero ya lleva cambiando el clima bastante tiempo y tal vez nos acerquemos a un nuevo modelo de estaciones a nivel planetario debido a las modificaciones en el clima que hemos, parece ser, producido.

Cierto es que en el pasado se produjeron cambios también anómalos, incluso anteriores a estas modificaciones del clima por la influencia industrial del hombre. Esos cambios se reflejan en la anterior centuria en por ejemplo un río del norte de España, en Galicia, el río Miño, que tal fue la sequía que hubo aquel año, que se secó.

También se pueden contemplar varios lienzos pintados a partir del siglo XVI del río Támesis en Londres donde se celebraban ferias sobre su superficie helada con regularidad.

Al margen de la influencia de las actividades del hombre sobre el clima, parece existir una tendencia prolongada hacia períodos más fríos y más cálidos de manera rotativa, en ciclos de varios siglos, y ahora nos encontramos en uno de esos ciclos sólo que tiende hacia la parte más cálida.

Lo que parece ocurrir sobre todo, al margen de las medidas que realizamos, es que hacemos cuentas sobre el tiempo ocurrido en los últimos dos o cinco años, y tratamos de realizar pronósticos en base a estos datos para averiguar qué ocurrirá en el futuro.

Lo más sensato es observar con objetividad lo que ocurre, lo que ha ocurrido y poner esos datos en perspectiva global para decidir si es algo normal y si no lo es averiguar sus causas para ponerlo remedio y corregirlo.

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Jesús Pablo Alonso García

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